lunes, 28 de enero de 2013

Las Aplicaciones del Cáñamo


Empezaremos por las utilizaciones de la reina de la planta, es decir la fibra. Como hemos nombrado anteriormente las aplicaciones más ancestrales han servido para vestir al ser humano, sobretodo en los climas templados donde junto con la lana constituían un gran comercio; y copiando una tradicional y artesanal técnica de los chinos, en este caso fuimos nosotros quienes les plagiamos, para la confección del papel.
Actualmente pero es muy poca la fibra que se utiliza para fabricar hilo textil puesto que otros competidores como el lino y el algodón han desbancado casi del todo al cáñamo.
En el caso del papel no obstante ha quedado un pequeño reducto donde dicha fibra ha encontrado su particular nicho de mercado siendo durante muchos años la única y exclusiva aplicación de la fibra. Los principales usos papeleros son para el papel de cigarrillo, los libritos de papel de liar, papel Biblia y de diccionario que por el bajo gramaje de la hoja, necesita una buena opacidad la cual le confiere el cáñamo, papeles de impresión de alta gama en general y algunas aplicaciones muy concretas en filtraje industrial de bebidas.
En nuestro milenio se han desarrollado una serie de nuevas aplicaciones que le han dado fuelle a la industria, con un renacer de nuevas empresas que han surgido a raíz de esta nueva demanda que aporta valor añadido a la fibra por ser productos caros y que tienen muchas ventajas respecto a los tradicionales cuando se utiliza la fibra de cáñamo para sustituir a las fibras sintéticas. Estamos hablando de los materiales compuestos cuyo término anglosajón, ‘composites’, quizás hayamos oído alguna vez. Y básicamente en dos sectores: tiene su debut el sector automovilístico para expandirse después hacia el sector de la construcción.



Hay dos tipos de procesos para la fabricación de los ‘composites’: los termoplásticos y la inyección. En el primer proceso se fabrica un fieltro o especie de lana, también llamado tejido no tejido, que luego se comprime y por acción de unas colas sintéticas o naturales y fibras de polipropileno, con el uso de la temperatura y compresión quedan todas las fibras entrelazadas y bien ligadas. Se produce lo que se conoce como la lana de cáñamo que va desde su utilización en los coches para el interior de las puertas, la confección de los sobres de los portaequipajes, las alfombrillas o cada vez más usada en la construcción para el relleno de espacios entre paredes exteriores e interiores, tejados o suelos flotantes donde al mismo tiempo que se logra una buena insonorización acústica también se consigue un óptimo factor de aislamiento térmico con el consecuente ahorro en calefacción. Otra de las aplicaciones de dichas lanas y más antigua ha sido la del campo de los geotextiles. Dependiendo de la trama con la que ha sido tricotado este fieltro tiene uno u otro uso llegando incluso algunas técnicas a incorporar las semillas de las plantas en la matriz del no-tejido para la estabilización de pendientes, sobretodo en autopistas y carreteras, donde más tarde crecerán las flores que lleva en la memoria el geotextil fabricado el cual acabará degradándose dando paso a la belleza que alberga.
La segunda técnica, la de moldeo por inyección, no tan desarrollada aún, consiste en producir granza de fibra cortada a muy pocos milímetros junto con polipropileno o polietileno. Estos pellets luego alimentarán una extrusora y se podrá moldear la pieza al antojo del fabricante. Las ventajas radican en que se pueden fabricar piezas de mayor complejidad y resistencia tanto al impacto como al desgarro. Aunque el lino le lleva algo de ventaja al cáñamo en este sentido, teniendo ya la primera raqueta de tenis o la primera bicicleta hecha con lino, el cáñamo le sigue los pasos y hay ya muchas iniciativas que acabarán encontrando su estabilidad en muchos productos finales. Desde maletines de viaje más livianos, urnas mortuorias para las cenizas, y un sinfín de múltiples aplicaciones sobretodo en el deporte, como veleros para regatas que puedan navegar a más velocidad al pesar menos el casco o coches de carreras donde el factor peso es crucial para ganar unas décimas de segundo.
La cañamiza, tal como explicábamos al principio del artículo, es crucial para la buena marcha del resto de los componentes. Puesto que representa el 50% en peso del total de la paja seca, sino se hubiera encontrado una buena aplicación probablemente hoy el cáñamo industrial ya habría caído en el olvido. Por lo tanto esta sinergia entre los diferentes componentes del cáñamo es esencial para mantener esta cohesión que da lugar a infinidad de aplicaciones en diferentes sectores.
El uso tradicional de la cañamiza hasta no hace mucho ha sido el de combustible para alimentar las calderas de las fábricas agramadoras, pero que aportando poco valor a la cadena pronto se substituyó por otros más lucrativos.
Lo que destaca más de la cañamiza es su gran poder de absorción, más que la paja del lino o el serrín de madera. Lo que la ha convertido en la estrella de los establos, sobretodo en países donde los caballos son muy estimados.  Si  un kilo de serrín puede llegar a absorber hasta 2,4 litros de agua y otro de paja de lino, 2,6 litros, la cañamiza les supera a los dos hasta llegar a los 3,7 litros de agua por kilo de cañamiza. Con un correcto modo de empleo y asesorando bien a los mozos de cuadras, aunque sea un producto más caro al final deriva en un menor consumo y mayor calidad para el equino puesto que no desprende tanto polvillo como la de otras fibras, no afectando a las vías respiratorias del animal. Y para que no se la coma el caballo, se adiciona mentol en la cañamiza lo que al mismo tiempo produce una sensación de olor agradable y fresco para quienes trabajan en las hípicas o vaquerías. A raíz del éxito que ha tenido este producto, sobretodo en Francia e Inglaterra, para los lechos de los establos, en este último país también los caballos de la realeza se benefician, se explotó también este mercado para los pequeños animales domésticos, siendo Francia pionero por ser un país con uno de los ratios más altos de animal de compañía por habitante. Aparecieron formatos más pequeños, sacos de hasta 5 Kg. en lugar de los de 25 Kg., para hámsters, cobayas, conejos y gatos. Veremos más adelante que también el polvo del cáñamo puede servir a tal efecto.
También presente en los materiales para la construcción como por ejemplo en la fabricación de tableros de aglomerado, mezclas en telas asfálticas aislantes, relleno de espacios vacíos, fabricación de mahones, enlucidos de tabiques, …
Lo que hasta hace poco era un auténtico quebradero de cabeza para todos los fabricantes de fibras y acababan desechándolo en los campos acumulando castillos de arena, pronto acabaría también encontrando su particular nicho, desligándolo así de toda normativa medioambiental y tratamiento con coste a una salida que aunque barata, al menos no se tenía que pagar por ella. Estamos hablando del polvo, que aunque es el componente de menor porcentaje ocupa grandes volúmenes y semanalmente salen camiones a granel de gran cubicaje de las agramadoras.
El polvo está compuesto de pequeñas partículas orgánicas y minerales al mismo tiempo que algunas microfibrillas. Muchas de las pequeñas piedras de los terrenos calcáreos que se quedan entre la paja al recogerla del campo, acaban siendo trituradas por los potentes quebradores que rompen la paja y que permitirá la correcta separación de la fibra. Las piedras más grandes son separadas por gravedad. Pero las pequeñas y algunas de tamaña mediano, ya molidas, acaban junto con el polvo en los almacenes a granel. Por su composición química e interesante flora bacteriana, uno de los principales usos que se le ha dado al polvo es como enriquecedor de suelos para la horticultura o la viticultura.
Otras aplicaciones son en lechos de animales, como comentábamos en el anterior componente, por el gran poder de absorción que también tiene, o como combustible por el gran poder calorífico, PCI: 2.888 cal/g. En ambos casos, se fabrican unas briquetas o gránulos que hacen viable su empaquetado y transporte. Vendiéndose también a granel, sobretodo para lechos de vaquerías.
Uno de los usos más novedosos es como auxiliar técnico en el tratamiento de residuos en estaciones depuradas de aguas residuales. En concreto para la fabricación de compostaje con una gran aportación de humus que activa la vida orgánica.
Por último, las semillas cuyo uso principal es el de la propagación de la especie pero que por sus particulares propiedades nutritivas ha encontrado su parcela dentro del mundo de la alimentación no solo humana sino también para aves como canarios y periquitos y los pequeños pececitos de colores de nuestros acuarios. El contenido en aceites esenciales tipo omega 3 y omega 6, le confiere importantes propiedades para la salud sobretodo como antioxidantes frenando los procesos de envejecimiento del consumidor habitual.
No tan solo en la alimentación se ha asentado el mundo de las semillas sino en un sinfín de otras aplicaciones encaminadas al bienestar de las personas, como champús, jabones, bases de cosmética, sales de baño, aceites, …
¿ Quién no se resiste a un relajante masaje con aceites esenciales de semillas de cáñamo después de un estresante día de trabajo ?

Cáñamo Industrial: El Porcino de los Cultivos


Como en el cerdo, todo se aprovecha en el cáñamo. Y de hecho, esta diversificación de todos los componentes de la planta es lo que le da rentabilidad a su extracción.
Actualmente hay un creciente interés por el cáñamo industrial, cannabis sativa, porque en los últimos años se han descubierto una serie de nuevas aplicaciones que añaden valor a esta fibra con largos años de historia sobre sus raíces.

Los Principales Productores.
Francia es el primer productor europeo de cáñamo industrial, con más de 12.000 ha. cultivadas, pero todo y así nada tiene que ver con la gran China, con una previsión de unas  100.000 ha. y un potencial de crecimiento enorme. Le siguen Alemania e Inglaterra, países que por su latitud y clima templado tienen abundantes lluvias, lo que favorece a la producción de cáñamo con unos rendimientos que oscilan entre los 6.000 y 7.000 Kg./ha. Otros países en Europa, como el nuestro o bien los países Bálticos, Polonia, Chequia o Ucrania están estudiando seriamente la viabilidad de retomar este cultivo ancestral. Los franceses han sabido organizarse muy bien, a modo de cooperativas. Cada año se negocian las hectáreas a sembrar en función de la demanda de los diferentes sectores. La calidad, no tan solo la cantidad, es importante y en este aspecto se llevan a cabo unos estrictos controles, siguiendo una pulcra trazabilidad desde la recepción de la fibra en las agramadoras hasta el etiquetaje del producto final.

Desglose de sus Componentes.
La paja, que es como se llama a la planta integral una vez cosechada, contiene la fibra que se encuentra en la parte exterior del tallo y la parte leñosa o cañamiza que reside en el núcleo de la vara. En los dos tejidos se encuentra la celulosa pero en la cánula o cañamiza hay mayor contenido de hemicelulosas, moléculas de cadena más corta que confieren diferentes propiedades según la aplicación final.
En el siguiente esquema observamos cómo se desmiembra la planta del cáñamo. La mayor parte de la paja, un 50%, corresponde a la cañamiza. Si no fuera por el mercado existente para este componente sería inviable la extracción de la fibra. Dicho de otra manera, si se tuviera que tratar la cañamiza como un residuo el coste de la fibra sería tan alto que perdería todo interés en los diferentes mercados.
El rendimiento de la fibra viene a representar una media del 33% dependiendo de la variedad del cáñamo. La aplicación más antigua para la fibra es la textil pero hoy el coste de extracción sólo para la fibra larga sería prohibitivo por lo que, a diferencia del lino textil, las agramadoras de cáñamo son bastante diferentes y extraen de forma conjunta tanto la fibra larga como la corta.
De un 10% a un 12% de la paja es la semilla que va para diferentes aplicaciones en el mercado aunque la más lucrativa es la que la utiliza para volver a sembrar el cáñamo.
Y entre el 5% y el 7% es el residuo: piedras, raíces, restos de plantas adventicias, polvo. Parte de este residuo, el polvo en concreto, se ha sabido aprovechar como subproducto, generando un beneficio adicional que aunque sea marginal al menos no representa un coste.