Empezaremos por las
utilizaciones de la reina de la planta, es decir la fibra. Como hemos nombrado
anteriormente las aplicaciones más ancestrales han servido para vestir al ser
humano, sobretodo en los climas templados donde junto con la lana constituían
un gran comercio; y copiando una tradicional y artesanal técnica de los chinos,
en este caso fuimos nosotros quienes les plagiamos, para la confección del
papel.
Actualmente pero es
muy poca la fibra que se utiliza para fabricar hilo textil puesto que otros
competidores como el lino y el algodón han desbancado casi del todo al cáñamo.
En
el caso del papel no obstante ha quedado un pequeño reducto donde dicha fibra
ha encontrado su particular nicho de mercado siendo durante muchos años la
única y exclusiva aplicación de la fibra. Los principales usos papeleros son para
el papel de cigarrillo, los libritos de papel de liar, papel Biblia y de
diccionario que por el bajo gramaje de la hoja, necesita una buena opacidad la
cual le confiere el cáñamo, papeles de impresión de alta gama en general y
algunas aplicaciones muy concretas en filtraje industrial de bebidas.
En
nuestro milenio se han desarrollado una serie de nuevas aplicaciones que le han
dado fuelle a la industria, con un renacer de nuevas empresas que han surgido a
raíz de esta nueva demanda que aporta valor añadido a la fibra por ser
productos caros y que tienen muchas ventajas respecto a los tradicionales
cuando se utiliza la fibra de cáñamo para sustituir a las fibras sintéticas.
Estamos hablando de los materiales compuestos cuyo término anglosajón, ‘composites’,
quizás hayamos oído alguna vez. Y básicamente en dos sectores: tiene su debut el
sector automovilístico para expandirse después hacia el sector de la
construcción.
Hay dos tipos de
procesos para la fabricación de los ‘composites’: los termoplásticos y la
inyección. En el primer proceso se fabrica un fieltro o especie de lana,
también llamado tejido no tejido, que luego se comprime y por acción de unas
colas sintéticas o naturales y fibras de polipropileno, con el uso de la
temperatura y compresión quedan todas las fibras entrelazadas y bien ligadas.
Se produce lo que se conoce
como la lana de cáñamo que va desde su utilización en los coches para el interior
de las puertas, la confección de los sobres de los portaequipajes, las
alfombrillas o cada vez más usada en la construcción para el relleno de espacios
entre paredes exteriores e interiores, tejados o suelos flotantes donde al
mismo tiempo que se logra una buena insonorización acústica también se consigue
un óptimo factor de aislamiento térmico con el consecuente ahorro en
calefacción. Otra de las aplicaciones de dichas lanas y más antigua ha sido la
del campo de los geotextiles.
Dependiendo de la trama con la que ha sido tricotado este fieltro tiene uno u
otro uso llegando incluso algunas técnicas a incorporar las semillas de las
plantas en la matriz del no-tejido para la estabilización de pendientes,
sobretodo en autopistas y carreteras, donde más tarde crecerán las flores que
lleva en la memoria el geotextil fabricado el cual acabará degradándose dando
paso a la belleza que alberga.
La segunda técnica,
la de moldeo por inyección, no tan desarrollada aún, consiste en producir
granza de fibra cortada a muy pocos milímetros junto con polipropileno o
polietileno. Estos pellets luego alimentarán una extrusora y se podrá moldear
la pieza al antojo del fabricante. Las ventajas radican en que se pueden
fabricar piezas de mayor complejidad y resistencia tanto al impacto como al
desgarro. Aunque el lino le lleva algo de ventaja al cáñamo en este sentido,
teniendo ya la primera raqueta de tenis o la primera bicicleta hecha con lino,
el cáñamo le sigue los pasos y hay ya muchas iniciativas que acabarán encontrando
su estabilidad en muchos productos finales. Desde maletines de viaje más
livianos, urnas mortuorias para las cenizas, y un sinfín de múltiples
aplicaciones sobretodo en el deporte, como veleros para regatas que puedan
navegar a más velocidad al pesar menos el casco o coches de carreras donde el
factor peso es crucial para ganar unas décimas de segundo.
La cañamiza, tal
como explicábamos al principio del artículo, es crucial para la buena marcha
del resto de los componentes. Puesto que representa el 50% en peso del total de
la paja seca, sino se hubiera encontrado una buena aplicación probablemente hoy
el cáñamo industrial ya habría caído en el olvido. Por lo tanto esta sinergia
entre los diferentes componentes del cáñamo es esencial para mantener esta cohesión
que da lugar a infinidad de aplicaciones en diferentes sectores.
El uso tradicional
de la cañamiza hasta no hace mucho ha sido el de combustible para alimentar las
calderas de las fábricas agramadoras, pero que aportando poco valor a la cadena
pronto se substituyó por otros más lucrativos.
Lo que destaca más
de la cañamiza es su gran poder de absorción, más que la paja del lino o el
serrín de madera. Lo que la ha convertido en la estrella de los establos,
sobretodo en países donde los caballos son muy estimados. Si un
kilo de serrín puede llegar a absorber hasta 2,4 litros
de agua y otro de paja de lino, 2,6 litros , la cañamiza les supera a los dos
hasta llegar a los 3,7
litros de agua por kilo de cañamiza. Con un correcto
modo de empleo y asesorando bien a los mozos de cuadras, aunque sea un producto
más caro al final deriva en un menor consumo y mayor calidad para el equino
puesto que no desprende tanto polvillo como la de otras fibras, no afectando a
las vías respiratorias del animal. Y para que no se la coma el caballo, se
adiciona mentol en la cañamiza lo que al mismo tiempo produce una sensación de
olor agradable y fresco para quienes trabajan en las hípicas o vaquerías. A
raíz del éxito que ha tenido este producto, sobretodo en Francia e Inglaterra,
para los lechos de los establos, en este último país también los caballos de la
realeza se benefician, se explotó también este mercado para los pequeños
animales domésticos, siendo Francia pionero por ser un país con uno de los
ratios más altos de animal de compañía por habitante. Aparecieron formatos más
pequeños, sacos de hasta 5 Kg .
en lugar de los de 25 Kg .,
para hámsters, cobayas, conejos y gatos. Veremos más adelante que también el
polvo del cáñamo puede servir a tal efecto.
También presente en
los materiales para la construcción como por ejemplo en la fabricación de
tableros de aglomerado, mezclas en telas asfálticas aislantes, relleno de
espacios vacíos, fabricación de mahones, enlucidos de tabiques, …
Lo que hasta hace
poco era un auténtico quebradero de cabeza para todos los fabricantes de fibras
y acababan desechándolo en los campos acumulando castillos de arena, pronto
acabaría también encontrando su particular nicho, desligándolo así de toda
normativa medioambiental y tratamiento con coste a una salida que aunque
barata, al menos no se tenía que pagar por ella. Estamos hablando del polvo,
que aunque es el componente de menor porcentaje ocupa grandes volúmenes y
semanalmente salen camiones a granel de gran cubicaje de las agramadoras.
El polvo está
compuesto de pequeñas partículas orgánicas y minerales al mismo tiempo que
algunas microfibrillas. Muchas de las pequeñas piedras de los terrenos
calcáreos que se quedan entre la paja al recogerla del campo, acaban siendo
trituradas por los potentes quebradores que rompen la paja y que permitirá la
correcta separación de la fibra. Las piedras más grandes son separadas por
gravedad. Pero las pequeñas y algunas de tamaña mediano, ya molidas, acaban
junto con el polvo en los almacenes a granel. Por su composición química e
interesante flora bacteriana, uno de los principales usos que se le ha dado al
polvo es como enriquecedor de suelos para la horticultura o la viticultura.
Otras aplicaciones
son en lechos de animales, como comentábamos en el anterior componente, por el
gran poder de absorción que también tiene, o como combustible por el gran poder
calorífico, PCI: 2.888 cal/g. En ambos casos, se fabrican unas briquetas o
gránulos que hacen viable su empaquetado y transporte. Vendiéndose también a
granel, sobretodo para lechos de vaquerías.
Uno de los usos más
novedosos es como auxiliar técnico en el tratamiento de residuos en estaciones
depuradas de aguas residuales. En concreto para la fabricación de compostaje con
una gran aportación de humus que activa la vida orgánica.
Por último, las
semillas cuyo uso principal es el de la propagación de la especie pero que por
sus particulares propiedades nutritivas ha encontrado su parcela dentro del
mundo de la alimentación no solo humana sino también para aves como canarios y
periquitos y los pequeños
pececitos de colores de nuestros acuarios. El contenido en aceites esenciales
tipo omega 3 y omega 6, le confiere importantes propiedades para la salud
sobretodo como antioxidantes frenando los procesos de envejecimiento del
consumidor habitual.
No tan solo en la
alimentación se ha asentado el mundo de las semillas sino en un sinfín de otras
aplicaciones encaminadas al bienestar de las personas, como champús, jabones,
bases de cosmética, sales de baño, aceites, …
¿ Quién no se
resiste a un relajante masaje con aceites esenciales de semillas de cáñamo
después de un estresante día de trabajo ?